BCM dispone de una unidad especializada para el estudio y tratamiento de esta patología.
En ocasiones puede ser necesaria la utilización de pomadas anti-hemorroidales tópicas que contienen corticoesteroides, anestésicos y antisépticos en diferentes proporciones.
En caso de fracaso a las medidas previamente comentadas y en pacientes con hemorroides grado II-III, se pueden aplicar tratamientos mínimamente invasivos como la ligadura con banda elástica, la escleroterapia, laser, infrarrojos, o la coagulación bipolar.
En refractarios con grados III-IV, suele recomendarse el tratamiento quirúrgico clásico. Es importante destacar que ante la aparición de un dolor intenso y agudo se debe descartar la presencia de una trombosis hemorroidal que requiere de un tratamiento específico quirúrgico (trombectomía).